Vecinos y vecinas, hoy quiero empezar la semana compartiendo con ustedes una emoción que todavía me dura en el pecho. Ayer domingo, nuestra Plaza de Armas Miguel Grau dejó de ser solo un lugar de tránsito para convertirse en el epicentro de la esperanza en Carmen de la Legua Reynoso. Ver a tantas familias reunidas, no por un concierto o una fiesta, sino por la salud de sus hijos, me confirma que estamos caminando en la dirección correcta.
La Campaña Odontológica «Club Niños Felices» ha sido un éxito rotundo, pero más allá de las cifras, ha sido un acto de amor colectivo. Porque para mí, y sé que para ustedes también, la sonrisa de un niño no es algo menor; es el indicador más puro de cómo estamos haciendo las cosas como sociedad. Un niño que sonríe sin dolor es un niño que puede estudiar, jugar y soñar tranquilo.
Una realidad que nos dolía y que decidimos cambiar
No podemos tapar el sol con un dedo. Antes de lanzar esta iniciativa, revisamos las cifras y la realidad nos golpeó fuerte: según el MINSA, más de 8 de cada 10 escolares sufren de caries. Esto no es solo un problema estético, ¡es un problema de salud pública que afecta el rendimiento escolar y la autoestima de nuestros pequeños!
Me pregunto, vecinos: ¿Es justo que un niño deje de prestar atención en clases por un dolor de muela? ¿Es justo que una familia tenga que elegir entre comprar el almuerzo o pagar una curación dental? Mi respuesta es un rotundo ¡NO! Esa indiferencia se acabó.
En esta gestión hemos decidido que la salud bucal deje de ser un privilegio de pocos. Por eso, amparados en nuestra política de Desarrollo e Inclusión Social y la Ordenanza N°001-2025, declaramos la salud infantil como una prioridad local. Ayer demostramos que el papel no aguanta todo, sino que se transforma en acciones reales en la plaza, cara a cara con el vecino.

Educación y Prevención: «Club Niños Felices» en acción
Lo que vivimos ayer domingo 14 de diciembre, desde las 9 de la mañana hasta el mediodía, fue una verdadera fiesta de la prevención. No quisimos que fuera la típica campaña médica fría y distante. Queríamos que los niños se sintieran parte de un club, el «Club Niños Felices».
Diseñamos un circuito educativo porque estoy convencido de que la mejor medicina es el conocimiento.
- Aprendiendo con «Mi amigo el Diente»: Fue conmovedor ver a nuestros niños participar en las sesiones lúdicas, entendiendo por primera vez cómo funciona su boca y por qué deben cuidarla. Rompimos el miedo al dentista y lo cambiamos por curiosidad y empoderamiento.
- Técnica de Cepillado: De nada sirve regalar un cepillo si no sabemos usarlo. Ayer, nuestros profesionales se tomaron el tiempo de enseñar, niño por niño, la técnica correcta. Esos movimientos que aprendieron ayer los acompañarán toda la vida.
- Escudo contra la caries: Realizamos la aplicación tópica de flúor a todos los asistentes. Esta es una barrera protectora vital que muchas veces, por costo o desconocimiento, no llega a nuestros hogares. Ayer llegó, y fue gratuita.
Priorizando a quienes más nos necesitan
Ustedes saben que mi corazón siempre está con los más vulnerables. No podemos hablar de un Carmen de la Legua moderno si dejamos atrás a quienes tienen menos recursos.
Esta campaña tuvo un enfoque muy especial. Nos dirigimos con fuerza a los beneficiarios de los programas «Juntos» y «Pensión por Orfandad». Tenemos identificados a 236 niños en estos programas dentro del distrito, y mi compromiso con ellos es sagrado. Ellos son la prueba de que la gestión municipal puede ser el brazo amigo que equilibra la balanza. Al atenderlos, no solo curamos dientes; estamos cerrando brechas de desigualdad y diciéndoles a esas familias: «No están solas».
Resultados que construyen futuro
¡Las cifras hablan por sí solas y nos llenan de orgullo! La entrega de los kits dentales (cepillo, pasta y material informativo) asegura que el trabajo de ayer continúe hoy en los baños de sus casas.
Pero el resultado más grande no se mide en números, se mide en bienestar. Al reducir la incidencia de enfermedades bucales, estamos mejorando el desarrollo físico y emocional de la infancia carmelina. Estamos garantizando que esos niños tengan un crecimiento pleno, sin el freno de mano que significa una enfermedad prevenible.
Sigamos trabajando juntos, vecino
La campaña de ayer fue hermosa, pero la tarea no termina ahí. La salud es una responsabilidad compartida. Yo, Edward Infante, me comprometo a seguir trayendo estos servicios a las calles, a seguir invirtiendo cada sol en el bienestar de la gente. Pero te pido a ti, papá y mamá: sé el guardián de esa sonrisa.
Asegúrate de que tus hijos usen el kit que les dimos, vigila su cepillado y, sobre todo, dales el ejemplo. Un distrito sano se construye desde el hogar.
Sigamos trabajando con esta misma energía. ¡Ayer ganaron los niños, ayer ganó la salud, ayer ganó Carmen de la Legua! Gracias por confiar en esta gestión que trabaja con rostro humano y manos limpias.




